Entre la Costa Tropical, El Valle de Lecrín y la Alpujarrase enclava el hermoso municipio de Vélez Benaudalla, a tan sólo 55 km de Granada. Su inmejorable clima, de inviernos templados y veranos cálidos , su privilegiado entorno naturan con la Sierra de Lújar y del Jaral, Suerra Nevada y la Almijara a su paso, convierten a esta localidad en un destino único.
Vélez de Benaudalla encuentra el origen de su nombre en la época árabe, en la que se le donominaba "Ballis Banus Add-Allá" que significaba Valle del hijo de Allah. Es u municipio cuyo origen árabe deja de ver entramado de calles angostas y estrachas, con algunos adaves callejones sin salida, que transmite el sabor inconfundible del Al-Andalus, época en que nuestro país era la capital del mundo de la cultura y la convivencia de las culturas.
La presencia del Agua a lo largo y ancho de todo el casco urbano es un indicativo claro de su pasado nazarí y un elemento que diferencia a Vélez frente a otros pueblos de la comarca. Es el agua el que ha cavado su valle con el poderoso arado río Guadalfeo, que en el Tajo de los Vados acuchilla la roca y lo convierte en un impresionante desfiladero. Agua que ha depositado la mole de travertino en la que se asienta el pueblo, y de ella se zambulle en el río por el pintoresco Tajo de la Luz. El nacimiento de agua con que cuenta el municipio fue la causa del asentamiento romano inicial del que se tiene conocimiento. Sin embargo, fue en la época de la España musulmana cuando el pueblo se conformó como actualmente permanece, un sistema de acequias que saliendo del nacimiento fueron perfectamente diseñadas para abastecer de agua tanto las necesidades cotidianas de los hogares de su gente, como los campos y sembrados de su vega. La pasión del pueblo árabe por el agua que caracteriza hoy en día a Vélez Benaudalla
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